No me di cuenta cuando terminé de leer este libro. No sabía muy bien lo que me iba a encontrar, elegí este libro porque la protagonista estaba a punto de entrar a la universidad. Y yo también, aunque me falta un poco más que a ella. Me encontré de todo menos eso.
Me encontré con un poco de romance, que nunca sobra. Encontré amistades, tanto sinceras como plásticas. Encontré problemas familiares. Un poquito de todo. Cuando vi todo esto pensé que iba a abandonar el libro, no era lo que yo estaba buscando, nunca logré identificarme con la protagonista. Pero seguí leyendo.
Todos los días leía un poquito de Aspen. Quería saber más de ella, más de su semana. Y sin darme cuenta, llegué al final del libro. Leí la última página y fue una bonita despedida.
Para mí el viaje de la protagonista es el libro, debería ser la sinopsis. La historia de romance fue entretenida y tierna, y aunque fue el punto que desató todo, para mí pasó a segundo plano. Aquí no hay varias revelaciones, no hay muchos momentos al borde de la silla. Es un libro quieto, es una historia estática que desde afuera puede parecer aburrida, pero yo quería que Aspen me siguiera contando de su vida.
Lo que más me gustó fue la forma en que la autora escribió esta historia. Qué palabras tan divinas. Me sentía leyendo algo hermoso. Como cuando ves una película y disfrutas la trama, pero es el cómo se ve, lo que hace que digas wow. Los colores, paisajes, ropa, todo te cautiva. Quiero seguir leyendo a la autora, así sea la lista del mercado, porque que pluma tan espectacular.
Mi única queja es que me hizo falta el punto de vista de Aaron. Siento que su historia también era muy interesante y me faltaron partes, quería saber más.
Definitivamente este libro me dio una sacudida y cuando cerré sus últimas páginas me di cuenta de lo mucho que había sentido, de lo mucho que quería abrazar a Aspen.
